Si bien se exhibirá recién la próxima semana en el marco del Salón de Detroit, Ford anticipa la sexta generación de su icónico Explorer, un SUV grande, con 3 filas de asientos, que es muy importante para el fabricante ya que se han vendido 7,7 millones de unidades desde su introducción en 1990.
Además, no se puede negar su relevancia en el mercado global, ya que la Explorer es de las responsables de que las SUVs se pusieran de moda.
Se trata del tercer modelo más vendido para Ford en los Estados Unidos, solo detrás de la pick up F-150 y del SUV Escape, razón por la cual la renovación ya era urgente, más aún si consideramos que la generación anterior debutó en un ya lejano 2011.
Sexta generación
Para la sexta entrega, el nuevo Ford Explorer comparte la nueva plataforma de la recién presentada Lincoln Aviator, una nueva arquitectura que mantiene una estructura de chasis autoportante (monocasco) y la tracción trasera, aunque evidentemente habrá versiones con tracción total.
Asimismo, la distancia entre ejes crece 150 mm, lo que de acuerdo con Ford le permite ofrecer la cabina más espaciosa de la categoría. Lo más sobresaliente es que pese a que crece en tamaño, pierde 90 kilos con respecto de su predecesora debido a la mayor utilización de aluminio y acero de alta resistencia.
En cuanto a la parte mecánica, desaparecen los motores aspirados en favor de dos opciones con sobrealimentación: en la parte baja tenemos un 4 cilindros de 2.3 litros (mismo del Mustang), que para esta aplicación entrega 300 caballos y 420 Nm de torque, mientras que para las versiones más equipadas ofrecerá un V6 de 3.0 litros biturbo con 365 CV y 515 Nm de torque. En ambos casos la transmisión es automática de 10 velocidades.
Adicionalmente, Ford ha confirmado que para las fechas de lanzamiento, (en junio de 2018 para el mercado de los Estados Unidos) también estarán disponibles versiones híbrida y ST.
Interior
Puertas adentro, se destaca la sustitución del panel de instrumentos por agujas en favor de una gran pantalla de 12,3” configurable, y cuyos gráficos cambian en función del modo de manejo seleccionado (son siete en total). La pantalla central de 10.1” está colocada en un formato vertical a lo Tesla, pero en las versiones de entrada habrá una de 8”, ambas asociadas al sistema de infoentretenimiento SYNC 3.
Por su parte, el mando circular para seleccionar las diferentes posiciones de la transmisión se mantiene. Eso sí, Ford asegura que se trabajó mucho en la ergonomía y los espacios para entregar una cabina que ya no transmita sensación de encierro y tenga notables ganancias del lado de la practicidad. Ahora es más fácil acceder a la tercer fila de asientos, que también cuenta con una mayor amplitud.
Adicionalmente, para mejorar el refinamiento y confort de marcha, los cristales son acústicos y cuenta también con sistema activo de cancelación de ruido.
Diseño
A simple vista se nota que Ford ha jugado a la segura con el nuevo Explorer, por lo que no podemos hablar de una revolución en cuanto a diseño, sino de una evolución muy conservadora. Es más ancho y luce más robustao, la parrilla ahora de forma hexagonal es ligeramente más pequeña y los faros son más delgados y alargados. Atrás encontramos perfiles más marcados, unas ópticas muy cuadradas y pequeñas, así como una gran placa metálica que exhibe el nombre Explorer.
Seguridad
En cuanto a la seguridad, el nuevo Ford Explorer está repleto de tecnologías y asistencias para la conducción, estacionamiento y demás. Se destaca que el control de velocidad ahora es capaz de detectar la incidencia de vientos laterales y contrarrestar los movimientos accionando los frenos.
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