Común, super o premium, si recién compraste un auto naftero, ya sea nuevo o usado, siempre es bueno saber que octanaje es el correcto para tu vehículo, ya que utilizar el combustible equivocado puede ser muy dañino para tu motor.
Conocido como pre-ignición o detonación, este fenómeno ocurre cuando el combustible se enciende antes del momento indicado, generando ondas de choque que hacen un ruido corto y metálico provocando que los pistones reciban un golpe, popularmente conocido como pistoneo.
El octanaje indica esta resistencia a la pre-ignición de la nafta y figura en los surtidores, cuanto más alto sea el número, mayor será la resistencia a la detonación.
Actualmente, todas las naftas que se venden en el país están libres de plomo, sin importar su precio y nombre. La diferencia es el octanaje, con un mínimo de 85 a 87, en las denominadas Comunes. Esta medida es suficiente para motores con una relación de compresión hasta 9 a 1.
Los motores con mayor compresión, en general los modernos que se encuentran a partir de 9 a 1, deben utilizar las naftas denominadas Super, Extra o Especial, normalmente con 95 octanos.
Solo algunos motores con una relación aún mayor, como en el caso de modelos deportivos, los de inyección directa, o los fuertemente sobrealimentados con turbo o compresor necesitarán el nivel más alto, conocido como premium, que parte de los 98 octanos.
En todos los casos la recomendación es leer el manual del vehículo y o fijarse en la tapa de combustible del auto. Para sorpresa, muchas veces indica que se puede utilizar nafta de 95, 93 y 91. Si bien no es lo ideal, y puede traer una mínima merma de rendimiento, la electrónica se encargará de hacer que el motor funcione sin inconvenientes.